El convertible Mercury Monterey de 1959 es un automóvil de conducción de muy alto nivel que se ha utilizado de manera constante, aunque moderada, a lo largo de su vida. Está propulsado por un motor 383ci de 8 cilindros con transmisión automática de 3 velocidades. La etiqueta de lubricante original todavía aparece en el marco de la puerta, y el exceso de rociado de fábrica es evidente dentro del aislamiento del baúl.